La agencia calificadora Standard and Poor´s (S&P Global) ratificó las calificaciones crediticias soberanas de la República Dominicana con perspectiva estable, destacando el sólido desempeño económico y la estabilidad política del país. Sin embargo, advirtió que para mantener o mejorar esta calificación, el país debe abordar retos fiscales y estructurales.
En su informe, S&P señaló que una mejora en la planificación fiscal y de la deuda, junto con la reducción de déficits gubernamentales, de la carga de intereses y un aumento en la flexibilidad fiscal, serían claves para elevar la calificación en los próximos 12 a 18 meses. También enfatizó la necesidad de que el país demuestre mayor resiliencia ante choques internacionales, lo cual podría lograrse acumulando reservas externas más robustas.
Desafíos persistentes
La calificación crediticia 'BB' refleja el rápido crecimiento económico del país, que ha mostrado resiliencia frente a choques externos como la pandemia y conflictos internacionales. Sin embargo, S&P subrayó las limitaciones históricas para aprobar reformas estructurales que reduzcan déficits fiscales. Este desafío quedó en evidencia con el retiro de la reforma fiscal propuesta en octubre de 2024.
Entre las principales debilidades identificadas, la agencia destacó: una deuda neta relativamente alta, equivalente al 55 % del producto interno bruto (PIB), una carga de intereses que representa el 20 % de los ingresos del gobierno, la limitada flexibilidad de política monetariadebido a mercados financieros poco profundos y a la deuda del Banco Central.
A pesar de estos desafíos, S&P proyecta un crecimiento real del PIB del 5 % anual en los próximos cuatro años, manteniendo el país entre las economías de mayor crecimiento en América Latina y el Caribe. "El continuo crecimiento económico ha elevado el PIB per cápita a alrededor de 11,500 dólares en 2024, casi duplicando los 6,400 de hace una década", sostuvo.
Sin embargo, insistió que las mejoras macroeconómicas no han permeado completamente a la población. La pobreza, aunque en disminución, afecta al 23 % de los dominicanos, mientras que el empleo informalrepresenta el 60 % del mercado laboral. Además, los resultados educativos continúan rezagados frente a países comparables.
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