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PNUD: "El desarrollo humano está disminuyendo y esta desaceleración puede retrazarnos décadas

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    Ramón Puello Báez
  • martes 06 mayo, 2025 - 8:34 AM
  • 6 minutos de lectura
  • Revista Banca
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La conclusión a la que ha llegado el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su informe anual, es alarmante: “El mundo está viviendo una desaceleración sin precedentes del desarrollo humano, con un progreso que se ha ralentizado hasta el nivel más bajo en 35 años”.

El informe, publicado este martes 6 de mayo 2025, analiza indicadores clave como la esperanza de vida, la educación o los ingresos, que según el organismo de la ONU este  estancamiento, afecta a todas las regiones del planeta.

De acuerdo a lo que han declarado funcionarios del PUND a los medios de comunicación  “esta pérdida de impulso de la trayectoria de progreso puede que no sorprenda a la gente, dados todos los desafíos a los que nos enfrentamos, pero parece que es un fenómeno sistémico que exacerbará aún más las desigualdades, y le quitará la capacidad a muchos países de ponerse al día y recuperarse”.

Entre las razones de esta desaceleración se encuentran factores como los conflictos, la disminución del progreso relativo a la esperanza de vida al nacer, el problema de deuda o las tensiones geopolíticas.

Desigualdades entre países ricos y países pobres

El informe alerta también, acerca del aumento de las desigualdades entre países ricos y pobres, en virtud de que algunos países están creciendo más rápido, pudiendo invertir en las últimas tecnologías, mientras que otros países apenas pueden mantener el sector de salud o invertir en la educación, sin estar preparados para beneficiarse de la nueva economía digital.

Otro problema del cual se advierte, desde la perspectiva del desarrollo humano global, es es que cuanto mayor es la desigualdad, mayores son las tensiones políticas, la incertidumbre, el riesgo de conflicto y de disrupción económica.

Nueve de los 10 países menos desarrollados están en África. En las últimas posiciones de la clasificación del Índice de Desarrollo Humano (IDH) se encuentra Sudán del Sur (193) Somalia (192) y República Centroafricana (191). Suiza (3), Noruega (2) e Islandia (1) se sitúan de nuevo en lo más alto.

Los retos que plantea el desarrollo para los países con los valores de desarrollo humano más bajos se ven agravados por las crecientes tensiones comerciales, el empeoramiento de la crisis de la deuda, y el surgimiento de una industrialización sin creación de empleos.

La IA como posibilidad para el desarrollo

El informe, denominado “Un llamado a decidir: personas y posibilidades en la era de inteligencia artificial”, se centra este año en las oportunidades y los retos que ofrece la inteligencia artificial para reavivar el desarrollo, frente a las fuertes presiones a las que se ven sometidas las vías tradicionales.

Una encuesta a 20.000 personas en 21 países ofrece una mirada sobre cómo ya utilizan la IA y de sus expectativas para esta tecnología, pero ahora existe el peligro de que esta desaceleración cambie las reglas del juego y nos retrase por décadas.

La mitad de los encuestados en el mundo piensa que sus empleos pueden automatizarse. Y seis de cada 10 creen que la IA tendrá un impacto positivo en su trabajo y creará nuevas oportunidades laborales. Solo el 13% de los encuestados teme que pueda destruir empleos. En los países con un IDH bajo y medio, el 70% espera que la IA aumente su productividad.

El informe señala tres áreas principales de acción para que esta tecnología contribuya al desarrollo. En primer lugar, invita a construir una economía en la que las personas y la IA colaboren, en lugar de competir, ya que no se trata de reemplazar humanos, sino en aumentar nuestra capacidad. En segundo lugar, está la necesidad de integrar la capacidad de actuación humana en todo el ciclo de la IA, desde su diseño hasta su aplicación, ya que existen  muchísimas áreas en las que se puede sacar provecho de la inteligencia artificial, que no son solo para automatizar el proceso científico y creativo, sino para complementarlo y aumentarlo.

El documento cita el ejemplo de cómo la inteligencia artificial ha podido predecir con precisión estructuras de proteínas, una tarea que históricamente ha requerido años de experimentación. Al permitir el acceso abierto a estas estructuras, también se ha avanzado significativamente en el descubrimiento de nuevos fármacos y la detección de enfermedades.

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