Veinticuatro congresistas estadounidenses hispanos, han alzado su voz de protesta, ante la iniciativa de un grupo de legisladores republicanos de gravar con un impuesto las remesas que envían los inmigrantes a sus familiares residentes en una buena parte de los países de Latinoamérica.
Los congresistas han enviado una carta a Mike Johnson, el líder de la Cámara de Representantes, que es el órgano legislativo que debate la reforma fiscal planteada por el republicano. Los legisladores califican la tasa a los envíos al extranjero como “una mala política que traiciona a un país de inmigrantes y constructores”. Señalan que de aprobarse la iniciativa, podrían afectarse 40 millones de trabajadores en Estados Unidos.
La carta está firmada por 24 de los 43 congresistas demócratas del grupo hispano que indican que las remesas no solo son un soporte humanitario, sino también una palanca para el desarrollo económico en países de rentas bajas y medias.
De acuerdo a datos del Banco Mundial, se estima que en 2023 fueron enviados al extranjero unos 93.000 millones de dólares, que no fueron para realizar gastos frívolos, sino para adquirir comida, medicamentos, ropa, educación y vivienda en países donde estas necesidades a veces están fuera de su alcance.
Las remesas son pilares económicos para países como Haití, Honduras y El Salvador. El dinero enviado desde el extranjero puede representar entre el 20 y 30% del PIB de estas naciones. “Interrumpir este flujo no solo es moralmente pobre, sino fiscalmente temerario. Solo exacerbará la migración irregular en el hemisferio occidental”, advierten los congresistas. Entre ellos se encuentran Alexandria Ocasio-Cortez, Joaquín Castro y Chuy García. La mayoría de los signatarios representan distritos de Texas y California, los dos Estados más poblados del país.
El impuesto a las remesas no solo ha provocado malestar en el Congreso. La preocupación ha trascendido las fronteras y ha abierto un nuevo frente en la relación entre Estados Unidos y México, un país que recibió el año pasado 65.000 millones de dólares en remesas. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, ha condenado la iniciativa asegurando que es dañina para ambos países. El tema se suma a una compleja relación bilateral ya dañada por la guerra comercial provocada por los aranceles, la migración y el tráfico de fentanilo desde México.
J.D. Vance, hoy vicepresidente de Estados Unidos, es autor de una propuesta para fijar un impuesto a las remesas. La presentó en 2023 cuando aún era senador por Ohio. Su proyecto, no obstante, fijaba una comisión de 10% para cada envío de dinero al extranjero. El impuesto sería destinado a un fideicomiso utilizado para reforzar el control de la frontera. Vance proponía multas de hasta medio millón de dólares a quienes intenten burlar el impuesto a través de mercados secundarios. Muchos expertos han advertido que la nueva medida fiscal puede fomentar sistemas paralelos para que las remesas sigan llegando a su destino.