Los bancos deben cuidar la gramática en los textos de sus mensajes publicitarios. En un país necesitado de mucha educación, como el nuestro, no deberían utilizarse palabras de la jerga popular para tratar de sintonizar con segmentos barriales, porque hacemos más daño que bien. No educamos. Utilizar palabras dándole otro sentido que el que indica el idioma español, es un despropósito.