Redacción BANCA. El ataque de Israel sobre Irán la madrugada de este viernes, ha tenido un fuerte impacto en los mercados financieros, disparando el precio del barril del petróleo un 10%, alcanzando los 77.5 dólares.
Las bolsas iniciaron una cotización a la baja, el mercado de las materias primas fue sacudido, mientras que el oro y los bonos se fortalecían como refugio de los inversores, una respuesta habitual ante situaciones de conflicto geopolítico.
De acuerdo a los analistass del mercado del crudo, el petróleo se encamina hacia su mayor subida semanal desde 2022 por el recrudecimiento de las tensiones en Oriente Próximo. La subida de más del 30% acumulada por el petróleo desde sus mínimos del mes pasado, podría presionar el precio del galón de gasolina y con ello avivar la inflación, en un momento en que la presión de los aranceles sobre los precios empieza a crecer.
El oro, que sirve como refugio en tiempos de incertidumbre, reaccionó con una subida de más de un 1%, hasta un nuevo máximo histórico cercano a los 3.450 dólares por onza.
En el mercado de divisas, el dólar ha perdido parte de su atractivo como moneda refugio tras la errática política económica y comercial de Trump. Las monedas que más se revalorizaban tras el ataque eran el franco suizo y el yen japonés. El dólar está en sus mínimos en tres años.
El ataque israelí aumenta la prima de riesgo geopolítico y amenaza con distorsionar el mercado de crudo. La evolución de los mercados dependerá en buena medida de la evaluación de la dimensión del ataque y de la respuesta iraní. Los inversores prefieren esperar a que se aclare la situación y huyen de los activos de más riesgo, buscando refugio en los más seguros. La cotización de las principales criptomonedas reaccionó también a la baja.
Los observadores indican que cualquier indicio de represalias o interrupción del suministro mantendría la volatilidad elevada y empujaría al alza el petróleo.
El gobierno estadounidense ha negado su vinculación con el ataque y ha advertido a Irán de que no apunte a objetivos estadounidenses como represalia.
Sobre el ataque
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, describió el ataque como un “ataque preventivo” y declaró una emergencia especial en todo Israel, diciendo que “se espera un contraataque en un plazo inmediato”. En Jerusalén y otras ciudades sonaron sirenas.
El ataque fue de gran envergadura y consecuencias imprevisibles sobre Irán. El Estado judío, lo ha bautizado como “Operación León Creciente”, empleando unos 200 aviones de combate sobre un centenar de objetivos relacionados con uno de los elementos más sensibles en Teherán: su programa nuclear.
Los negociadores de Estados Unidos e Irán tenían previsto celebrar una sexta ronda de conversaciones en Omán el domingo sobre el programa nuclear iraní, pero el ataque israelí deja en el aire esa cita. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo esta semana que tiene menos confianza en las posibilidades de llegar a un acuerdo.