La vida de Frank Rainieri ha sido siempre la de un dominicano emprendedor, visionario y progresista.
Le conocí muy joven, cuando ambos nos esforzabamos en nuestro desarrollo personal y cultural, y coincidimos en el primer Curso de Relaciones Humanas, de Dale Carnienge, que se realizó en el país, a principios de los años ´70, en el entonces Instituto APEC, luego convertido en universidad.
Años más tarde, cuando Frank inició sus esfuerzos para desarrollar un proyecto turístico en una lejana zona del este del país, se recuerda la anécdota de Balaguer, quien cuando le agendaron la invitación para estar presente en la inauguración del pequeño negocio turístico de Rainieri, expresó: “Pero Rainieri no pudo hacer ese proyecto un poco más cerca, dónde queda eso?”. Esta reacción del entones presidente Joaquín Balaguer, nos permite medir el grado de la mentalidad visionaria de Rainieri, quien para esa época, en que todavía ni el país ni sus autoridades tenían noción de la importancia del turismo, como industria, ya este joven estaba desarrollando un proyecto que con el tiempo se convertiría en la marca del turismo dominicano….Punta Cana.
Pero Frank tiene consigo, en su naturaleza, una bujía que no permite que se detenga. Como empresario visionario está pendiente de la innovación, y su mente es como una “rosa de los vientos”, que le indica hacia dónde soplan los vientos del futuro. Por eso hoy lo vemos anunciando un nuevo y auspicioso proyecto de zona franca industrial, que ha llamado “Punta Cana Free Trade Zone”, considerado como único en América Latina y el Caribe porque permitirá operaciones industriales y de logística a pocos metros de una pista de vuelo, lo que obviamente le brinda a las empresas globales una ventaja competitiva excepcional.
De acuerdo a los datos que ofreciera su hijo Frank Elías Rainieri Kuret, heredero del complejo empresarial que ha levantado su padre, durante el acto de inicio del proyecto, “no existe en América Latina otra zona franca, industrial y logística que opere dentro de un aeropuerto, que en este caso, estará conectado con un hub de carga aérea, desarrollado en alianza con la empresa DP World, lo que permitirá reducir significativamente los costos de transporte a las empresas que se instalen allí, y que al mismo tiempo abrirá nuevas rutas comerciales desde Punta Cana.
Con la situación que vive el mundo hoy, derivando hacia una multipolaridad indetenible, así como la guerra comercial entre Estados Unidos y China, abrir centros industriales de zonas francas que tengan “al lado” su propio aeropuerto, que abarata sus costos y le hacen ganan tiempo, pero además, ubicado a poca distancia del gran mercado estadounidense, nuestro principal socio comercial, es sin dudas una inversión visionaria, y que posiblemente se convierta en la tendencia de cómo deben estructurarse los nuevos parques industriales en el siglo XXI.
Si como han dicho los pioneros de esta nueva visión de los parques industriales, “este ecosistema industrial y aeronáutico sin precedentes en América Latina, ha sido concebido con la visión de posicionar a la República Dominicana, no solo en un destino turístico, sino como un centro de manufactura de servicios técnicos y logísticos de clase mundial”, no hay dudas de que estamos asistiendo al inicio de una nueva etapa innovadora en el desarrollo dominicano. Felicitaciones Frank!!.