De un tiempo a esta parte, destacados economistas dminicanos vienen alertado sobre los efectos dañinos que puede tener para el crecimiento económico del país, la curva decreciente en la inversión pública.
De acuerdo a las afirmaciones de Magín Díaz, ex director de la Dirección de Impuestos Internos (DGII), “está más que demostrado y estudiado, que la economía dominicana necesita una inversión pública que ronde mínimamente el 4 %, aunque sería preferiblemente que alcance el 5 % del Producto Interno Bruto”. Pero resulta y bien a hacer, que con el actual gobierno está ocurriendo todo lo contrario, ya que la inversión pública no alcanza el 2% del Producto Interno Bruto (PIB), por lo cual Díaz pronostica que el país no va a poder sostener una tasa de crecimiento de largo plazo con una inversión pública tan baja.
El más reciente dato sobre el manejo del presupuesto, revela que en la partida de gastos de capital se ha dejado de invertir RD$ 25 mil millones en los 315 días del año, cortados al 11 de noviembre. O sea, que cada día se ha dejado de invertir RD$ 81 millones de pesos.
Este dato lo dio a conocer el ingeniero y economista Guillermo Caram, ex gobernador del Banco Central, quien también indicó, como contraste a ese dato, que el gasto corriente promedio diario, se ha aumentado en RD$27 mil millones más de lo estimado en la ley de gastos públicos.
El gobierno no puede alegar la falta de recursos para invertir, ya que los ingresos promedio diarios, aumentaron en RD$66 mil millones, esto es, un 9% por encima de lo estimado.
El problema es el gasto corriente, donde el empleo público y los subsidios, por razones de política populista, han echado a un lado la pregonada política de la calidad del gasto. Si esa tendencia no se detienen y el gasto sigue superando a los ingresos, el gobierno se verá obligado a continuar buscando recursos por la vía de empréstitos o abocándose a una reforma fiscal.
El panorama de las presiones financieras que tienen el gobierno, no es color de rosas, por lo que está obligado, con mayor razón, a ser más comedido en el gasto. Sólo por concepto del aumento de las tasas de interés mundiales y locales, el gobierno ha tenido que pagar 15 mil millones de pesos por encima de lo establecido originalmente en el presupuesto.
Si a toda esta ensarta de presiones financieras le agregamos los pronósticos de que 2023 será un año donde no solo se mantendrán las dificultades en el orden mundial, sino que se agravarán, no hay que ser Nostradamus para avizorar complicaciones políticas y sociales, si la nave del Estado no logra reorientar su travesía, enfilando hacia un puerto más seguro.
Comentarios